miércoles, febrero 23, 2005

Carne de Carnaval

[a.k.a. Carnival Flesh]


Por circunstancias del destino, que como sabeis no está escrito en las estrellas sino que viene de regalo en algunas cajas de cereales, este Carnaval comprobé las diferencias entre las fiestas en Barcelona y en Tenerife.

Vaya por delante que yo soy un entusiasta del Carnaval a la par que un sesudo estudioso del mismo, como bien puede verse en las galerías de fotos de mi web Peterland.

Yo nací en la reusense villa de Reus, y como sin duda ignorareis [pues estudiar más, ¡furros!, que diría Makinavaja] allá el Carnaval se vive bastante, con lo que mi interés

Pues bien, tras un intenso y sesudo estudio comparativo al más puro estilo doctoral, la meditada conclusión a la que llegué es la siguiente: ¡¡PUTA MIERDA el Carnaval de BCN!!

De verdad, en Santa Cruz de Tenerife el Carnaval dura mínimo DOS SEMANAS, TODO EL MUNDO va disfrazado por la calle y el ambiente se palpa en cualquier parte, te envuelve el buenrrollismo y te transforma en un adicto.

Pero me explicaré: el fin de semana propiamente dicho de Carnaval los vuelos a la isla eran terribles, estaban todos los buenos agotados, así que mis compañeras de viaje y yo decidimos retrasarlo al finde siguiente, ya que leímos que la fiesta continuaba.

Al salir por Barcelona en pleno fin de semana de Carnaval comprendí lo que el Coronel Kurtz [Marlon Brando] llama "EL HORRORRR" en Apocalichis Nau: NADIE iba disfrazado por la calle, parecía un fin de semana cualquiera, y los pocos que se preparaban estaban a punto de coger para Sitges, un pueblo costero que se pone de bote en bote (realmente agobiante) en Carnaval. En BCN no era Carnaval, era un puto fin de semana como cualquier otro. Yo estaba indignado, amiguitos, lo confieso sin ambages (que en francés se dice "sans ambages", pronunciado "sons-ambaash" [curso Peterland de pedantería aplicada]).

Cuando el domingo por la tarde ví la rua de Carnaval de BCN casi se me caen al suelo los rubores de las mejillas: en una gélida tarde no paraban de pasar ante mí carrozas fletadas por los distintos inmigrantes que acoje la ciudad: Tres carrozas de bolivianos, Dos de ecuatorianos, una de indios sij... y entre ellas algunas de agrupaciones de la ciudad. Que a ver, me encanta el rollo mestizaje, era muy original.. pero DEMONIOS, ¡¡que los inmigrantes tienen más cariño al Carnaval que los propios barceloneses de origen!! Esto me resulta indignanteincomprensible.



Y para acabarlo de adobar (soplando y haciendo botellas,jajaja), la semana siguiente, acompañado por la senyoreta Moneypenny y Lady Ele fuí a Tenerife a un Carnaval de verdad, famoso en todo el mundo, donde la gente lo vive, lo prepara, se preocupa en crear el ambiente y luego lo disfruta...

De verdad, menos mariposadas rollo Fòrum/Carlinhos Brown y más cuidar las tradiciones de aquí, que a poco que se esforzasen se cuidarían solas, señor Clos!! Disfraz obligatorio en Carnaval!! Que pongan multas!! Quiero ver a los urbanos vestidos de pollo!! Grrr, grrr...
 
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