martes, junio 03, 2014

La chica con aparatos en los dientes

La chica con aparatos en los dientes que me rechazó y ahora no me habla está sentada de espaldas, bebiendo zumo.

No soporto que me ignoren. Me duele el rechazo, pero me duele más el vacío. Imagino que ella está bebiendo zumo de naranja sin filtrar, y que sus aparatos se llenan de hebras de pulpa. Nunca puede terminar de limpiarlos.

Sigo insatisfecho, así que imagino que sale a la calle y yo la engaño con algún pretexto para que se agache junto a mi bicicleta. Entonces le engancho los aparatos a los radios de la rueda de atrás. Me monto y pedaleo fuerte, arrastrándola. 

Aún estoy disfrutando de sus gritos imaginarios cuando oigo una voz. Vuelvo a la realidad y me la encuentro delante, a menos de medio metro, mirándome con esos inquietantes ojos verdes. Sin querer, doy un respingo.

Ella me sonríe y me pide que la acompañe a la Armería. Sabía que ibas a echar de menos mis fuertes brazos, nena. Todas vuelven. Sonrío y asiento.





 
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