sobre tus huellas,
marcas de grasa
en tu alma.
Sabes quién eres,
pero no te acuerdas.
Listo para volver
a donde nunca fuiste.
Las nubes son mullidas, elásticas,
deja el avión y salta
agárrate al sol para no caer
mientras no piensas.
Envuelto en la saliva de un gigante
vuelas o caes
a un lado aire, al otro agua
y entrar en la tierra.
El cementerio
vigilado por miles de gatos
te aguarda:
dejan blancos
tus huesos.