Hay pocas cosas más inquietantes que notar de repente que te ha salido un grano en la cadera. El otro día me estaba desnudando y, de pronto, al girar la vista hacia mi peludo muslo, lo ví. Tenía un grano enorme justo en la marca de la goma del calzoncillo.
No creais que me entró el pánico. No. No le dí ninguna importancia. Pensé que tal y como vienen se van, y como uno de otra cosa no, pero de granos, pecas y demás va bastante sobrado, pues me olvidé de él. Craso error.
Al cabo de una semana, el grano no sólo no se ha ido, sino que... ¡¡maldita sea, está CRECIENDO!!
Tampoco hace tanto tiempo, dirá algún listillo. ¡Claro, como a tí no te ha salido! Estoy convencido de que este grano crecerá y crecerá, se hara grande como una goma de borrar milán... de las de borrar boli, porque se pone oscuro, cada vez más oscuro. Un día que me coja desprevenido madurará, y lanzará sobre mi indefensa piel grandes andanadas de destructivo pus. ¿Para qué? ¡¡Para plantar semillas!!
Al calor de mi sangre las semillas se convertirán en cientos, miles de nuevos granos que infestarán mi cuerpo hasta que yo mismo no sea más que una gigantesca pelota enrojecida, y al estallar todos a la vez... probablemente ya sea otro y les pertenezca para siempre. Así son los granos.
Seguro que estais pensando en el Dermatólogo, ese carnicero que consigue que las verrugas desaparezcan (quemándolas con ÁCIDO) y que tiene mucha experiencia en tratar los males cutáneos de la gente. Pero no puedo ir a verle. Temo que me dé la fecha final, que me diga que apenas me quedan unas horas de ser yo mismo. No me atrevo. ¿Ácido? Bah, ni siquiera la radioterapia podría ayudarme.
Aunque esto sólo acaba de empezar, apenas puedo dormir por las noches. Me tumbo en la oscuridad y noto como, a cada latido de corazón el gran crece y crece... suelo llorar, pero eso no me consuela demasiado.
Antes de mutar para siempre y perder mi espíritu y mi cuerpo te daré un consejo: si te sale un enorme grano en la cadera es probable que te esté señalando el principio del FIN.
Este pez era una sardina normal hasta que le salió EL GRANO DE LA MUERTE junto a la aleta ventral.
[nota: esto es un relato. No soy médico. Lean, pero no sufran.]
6 comentarios:
Por favor le pediria encarecidamente que retirara esa estupidez absurda y sin ningun fundamento cientifico ni patologico de internet,ya que puede crear psicosis en muchas personas que se encuentren con una patologia similar dermatologica.Segun observo usted sigue vivo viendo la fecha de las ultimas entredas de su blog,asi que lo mismo exagero un poco con el tema.
Gracias y un saludo
Yo tengo otro grano como el tuyo, y ya estoy en la fase final... necesito ayuda, no quiero morir
Yo tengo otro grano como el tuyo, y ya estoy en la fase final... necesito ayuda, no quiero morir
Si pero Tienes que acudir al dermatólogo
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