jueves, octubre 23, 2008

Era un hombre joven pero un poco extraño

Era un hombre joven pero un poco extraño
que con sus manías recreaba el mundo.
En eso entró ella, la falda plisada
preludio de maremotos, de jarana tropical.

Él la vió y no se lo pensó: al oído
le recitó una vieja frase vieja
de las que no hacen historia,
sino que lo que hacen es vida.

"Todas las personas son iguales" exclamó,
y ella dió un gran salto, asustada y nerviosa.
"Todas las personas son iguales",
y ella le miró con rabia,y levantó el puño.

"Todas las personas son iguales",
y ella con desdén dió la vuelta y se alejó.
"Todas las personas son iguales",
repetía, y repetía, y repitió.

"Todas las personas son iguales"
dijo a la luna, dijo a la noche,
"todas las personas son iguales"
dijo a la luz de las estrellas fugaces.

"Todas las personas son iguales"
murmuró a las piedras,
y aún al polvo encima de las piedras.
"todas las personas son iguales"
susurró solo, como un faro en la tormenta.

"Todas las personas, menos tú."

2 comentarios:

Unknown dijo...

Mmmm... No sabía que fueras tan bueno con la poesía (ni que te gustara el romanticismo)... ¡Es muy buena...!

Anónimo dijo...

Sí senyor, boníssima!
Hauries d'escriure més, ets molt bo!
Si els dies tinguessin més hores... oi?

 
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