martes, diciembre 06, 2005

Circular por Barcelona y otras hierbas

En Barcelona ya no se puede circular con coche. Esto es lo que hay, el ayuntamiento lo ha conseguido: gracias a las zonas azules, verdes y amarillas (paradas y carga y descarga) todo sitio susceptible de ser aparcado cuesta un pastón, ya sea en bonos o en multas. Y no hablemos de los baratísimos párquines...

En fin, que es lo que hay. El comandante Clos rige nuestros destinos, y pretende encaminarnos hacia un ecologismo difuso: usar bicicletas, no malgastar recursos, energías no contaminantes... por eso los ciclistas pueden saltarse semáforos en rojo impunemente, parcs i jardins riega con agua "de boca" (cómo disfrutan usando esta expresión en verano... "el agua de boca está garantizada") y suben sin cesar los billetes de los transportes públicos, que este enero la subida va a ser impresionante: de 6,30 a 6,65 la T-10, por poner un ejemplo. Igualita, igualita que el IPC.

De ahí que muchos ciudadanos consideremos que les sale más a cuenta comprar un ciclomotor o una moto. Cada vez hay más, y no me extraña: ¿quién más puede llegar rápidamente a la plaza Catalunya y encontrar aparcamiento gratuito para su vehículo?
Sólo las motos, tan útiles para esquivar atascos como fáciles de aparcar en zonas de acera que no molesten. Claro, que esto último sólo es tolerado... ¿cuánto tardará en prohibirse? ¿cobrará el ayuntamiento por aparcar en las aceras? Recordemos que ya cobra un impuesto de circulación incluso a los ciclomotores, que son considerados por la ley como bicicletas con motor... pero bueno, eso qué importa, si de lo que se trata es de engrosar las arcas municipales.

Eh que no me estoy quejando: hace años que no conduzco un coche por el interior de Barcelona, si puedo evitarlo. Me sacan de quicio las colas a cualquier día y cualquier hora, y los 20 minutos de media que tardas en encontrar aparcamiento. Pero el transporte público es una alternativa pobre: es caro (sigue saliendo más barato ir en moto), es ineficiente (cada dos por tres falla alguna línea, algún metro, los autobuses fallan sin que se sepa por qué) y además no te lleva exactamente a donde tú quieres ir, hay muchas zonas que el metro no cubre y a las que llegar en bus es una aventura, o malgastar mucho tiempo.

En realidad hay pocas alternativas, que vivan los ciclomotores, y a ver si el Ayuntamiento controla un poquito más esos cientos de vehículos que paran en doble fila en cualquier calle, embrollando el tráfico, atascando y causando tensión en el resto de conductores. Vehículos que en raras ocasiones son particulares, sino más bien repartidores, transportistas, etc, que paran en medio de la calle en vez de molestarse en buscar una zona de carga y descarga. ¿Para qué, si la guardia urbana hace la vista gorda? Total, a los que fastidian es a todos los demás vehículos que circulen por allí...

En fin, que estoy un poco harto de las políticas poco realistas, de la permisividad con ciertos vehículos, como los millones de camionetas de reparto (otro día hablaré de la impunidad de los taxis) y de la escasa fiabilidad y masificación del transporte público. Y tenía ganas de quejarme. Y tengo un blog. Salud.

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