"Y no olvideis que el torturador es un funcionario, que el dictador es un funcionario. Son burócratas armados que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso y nada más que eso. No son mónstruos extraordinarios.
¡No vamos a regalarles esa grandeza!"
Fermín Muguruza
Hoy, escuchando Veintegenarios, la primera canción del disco en directo de Albert Pla, "Veintegenarios en Alburquerque", me he dado cuenta de que hay un buen grupo de artistas comprometidos de verdad en España. Son gente que nunca aparecen, que han sido marginados de los medios convencionales, léase televisión y radio, pero que son capaces de arrastrar masas. Y en ese disco, y concretamente en esa canción aparecen varios de ellos.
Para empezar tenemos al cabecilla, el catalán Albert Pla. Este hombrecillo de aspecto sospechoso cuenta en su currículum con algunas de las canciones más arriesgadas, más de cantar las verdades a la cara que he oído en mucho tiempo, como la propia Veintegenarios o algunas de sus colaboraciones con el siguiente de la lista, el extremeño Roberto Iniesta. Este individuo, cantante del grupo Extremoduro y poeta de lo carcelario por derecho propio es un imperdible de la denuncia del estado de las cosas en nuestro estado/país, haciendo especial énfasis en la dicotomía drogas/cárceles. El siguiente es Fermín Muguruza, un vasco independentista que cuenta con una trayectoria envidiable: Kortatu, Negu Gorriak, Fermín Muguruza eta Dut... introduce los ritmos que suenan en el mundo al panorama español, y sus letras siempre tienen un mensaje claramente reivindicativo. Se puede estar de acuerdo con sus ideas o no, pero es incómodo, y como tal, necesario.
Por último, el punki aragonés habitual de los psiquiátricos Manolo Kabezabolo, un emblema del punk estatal que canta las cosas tal y como las ve, y no como las instituciones o empresas les gusta vendérnoslas.
Estos cuatro individuos junto con algunos otros raramente aparecerán en programas televisivos musicales, ni serán estrellas de los cuarenta principales pese a arrastrar a miles de fervientes seguidores a sus conciertos. Y son, a mi modo de ver, incómodos e imprescindibles para el panorama musical de éste nuestro estado. Ni un millón de triunfitos y poperos talentosos podrían llenar su hueco.
Desde este modesto blog que tan pocos (pero elegidos) leen, les envío mi admiración y saludo. Gracias, Albert, Robe, Fermín y Manolo por existir y señalar dónde nos duele.
lunes, diciembre 26, 2005
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