Una ballena varada en la playa. Y junto a la ballena, una hoguera. Y frente a la hoguera, un hombre triste. Un hombre asando un pedazo de carne, y pensando "por qué me habrá abandonado". Pero las ballenas muertas no ofrecen respuestas, no ofrecen consuelo.
Y sin embargo, el hombre no se irá, ni volverá con los demás. No esta noche. Quizás con el sol, quizás por la mañana. Sí, quizás por la mañana ella haya vuelto.
Noche en los mares del sur.
viernes, marzo 20, 2009
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