martes, abril 19, 2011

Mi bandersnatch se ha comido París

Los que vivimos en la Casa de Locos no estamos locos. Pero tampoco somos normales. ¿Sabes qué pasa? Que tenemos poderes, por eso nos temen y nos encierran aquí. Para olvidarnos y dormir tranquilos. Pero los simples muros no son suficientes, y ellos no lo saben.

Salgo al patio, en una de las tumbonas está Fray, leyendo el periódico con gafas de sol. Me siento a su lado y le pego en el diario. En realidad dormía con los brazos extendidos, así que se pega un buen susto, se le quedan las gafas torcidas, y me grita. Yo me parto. Cuando se calma, paso a hablarle de temas importantes.

- Ayer mi bandersnatch se escapó de la habitación.

- No lo dejes nunca suelto.

- Lo tengo atado, pero se me escapó. Y de un salto, se plantó en Francia.

- Estaría hambriento.

- Subió hacia el norte. Y, atraído por las luces, se llegó hasta París. Y se la comió enterita...

- Ves como estaba.

- Luego se echó una siesta en un bosque de Nancy, y de dos patadas estaba aquí de nuevo.

- Comer da sueño.

- Ya no existe París, debe de haber sido una masacre. Pensaba que igual tú lo habrías leído en el diario, o algo...

- Este periódico no vale.

Fray se levanta y me tiende el haz de papeles arrugados, desperezándose. Miré la fecha: era una edición de 1997. En portada aparecía un Ángel, pero del Infierno, en actitud desafiante. Lleva las mismas gafas de sol que Fray. Curioso...

- Es verdad, está pasadísimo. Pues habrá que conectarse a Internet. Quiero decir, ¿vaya desastre, no?

- A no ser que tengas esto.

Fray se saca un teléfono último modelo, con Internet, Blacktooth, táctil y de todo. La leche en verso, vamos.

- ¿De dónde lo has sacado, si está prohibido?

- Es un regalo.

- Introduce París en el buscador, tendría que aparecer de primer resultado, por las noticias y demás.

Fray teclea y busca. Las primeras páginas que aparecen son de viajes turísticos. Va hojeando, y nada de nada. Prueba desastre París, desaparición París, torre Eiffel. Nada. Se gira hacia mí y me mira por encima de las gafas.

- No viene nada.

- ¿Cómo es posible?

- Nos lo están ocultando.

- ¡No puede ser! ¡No pueden ocultárselo al mundo entero!

- Pueden. Tú lo sabes.

- Sí, bueno... pero oye, ¿y si resulta que mi bandersnatch me ha mentido? ¿Y si resulta que me ha salido rana, que es manso como un perrito?

- No ha mentido.

- ¿Cómo es posible? es decir, ¿cómo podemos comprobarlo?

- Mi bandersnatch me lo ha contado también.

- Así que el tuyo fue también...

- El mío también salió. Se comió Navalmoral de la Mata.

- Pues me dejas más tranquilo...

Fray vuelve a acostarse en su tumbona, para dormir sosteniendo el periódico simulando leer. Yo me siento a su lado, a comerme una bolsa de cacahuetes tomando el sol.

No hay comentarios:

 
blog de literatura gris y temas que me llaman la atención - Ocultar texto citado -