jueves, junio 16, 2016

Bajamar

Espuma pintada de sangre
clava sus labios fríos
en el lomo de mi alma:
otra y otra y otra vez más
me dejé cornear.

Qué caricatura torcida.
Qué vergüenza dan
las lágrimas al manchar
las bolsas de basura.

Ni hombre, ni medio
un pegotito celoso
bajo la barra de un bar.

Bajamar, bajamar
y si el agua nunca vuelve




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