Y mientras abrazamos la puesta de sol
los recuerdos perdidos a nuestro lado
y la tranquilidad de no volver a temer.
Ya entregamos los nombres, ya se borran las listas
de las cosas que importan. Nada queda:
peleas, amores, mentiras, hojas al viento.
Y sin mirarnos, cogidos de la mano
damos un último paso adelante,
para disolvernos, aliviados, en la oscuridad.
lunes, febrero 22, 2010
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