Ella estaba sentada en un taburete de la barra, bebiéndose su Cosmopólitan. Grean se acercó y le soltó:
- Sé de buena tinta que tus globitos son de plástico.
Ella se quedó sin saber qué decir, y él se acercó y le dió un cálido y apasionado beso en los labios. Bailaron, bebieron, rieron y terminaron en la habitación del apartamento de Grean.
A medianoche ella se levantó y fue a la cocina. En vez de un vaso de agua, cogió una sartén grande. Volvió a la alcoba y se la estampó en la nuca. Le robó la cartera y volvió a la calle, a su barra del bar.
A partir de entonces, las tácticas de ligue de Grean se volvieron mucho más respetuosas.
miércoles, febrero 24, 2010
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