domingo, marzo 13, 2011

Acróbata nocturno

Entró por la ventana mientras los amantes dormían. El lirón acróbata dió un salto y dejó el alféizar para agarrarse por los pelos a un adorno de la cabecera de la cama. Haciendo fuerza con las patitas, consiguió aupar todo el cuerpo encima de la delgada superficie de madera. Caminó varios pasos y se deslizó por un barrote hasta la almohada.

En ese momento, el hombre se dió media vuelta en sueños, hasta quedarse de lado. El lirón, sin poder evitarlo, cayó sobre su pelo, y puso sus pequeñas garras en la frente. Sin despertarse, el hombre levantó su mano y se rascó, pero el animalillo ya se había puesto a salvo, se había soltado de la jungla de pelo y se había subido a la blanda almohada.

Con ojitos brillantes vió que había un espacio entre la almohada de la mujer y la pared: ni corto ni perezoso, bueno, perezoso tal vez sí, se colocó en el agujero, que parecía un nido. El pequeño lirón se tumbó de lado, se enroscó de manera que la cola le daba una vuelta completa a su alrededor, puso la cabeza entre sus patas traseras y se dedicó a hacer lo que más le gustaba en este mundo: dormir en compañía.

No hay comentarios:

 
blog de literatura gris y temas que me llaman la atención - Ocultar texto citado -